"Ódiame
mientras tu sonrisa conciba mi nombre",
susurró la muerte en medio de una alborada ya marchita...
susurró la muerte en medio de una alborada ya marchita...
Confusos pensamientos impregnan un sinsabor
austero
pues quizás un tal vez era la única esperanza que su corazón anhelaba
pero entre tertulia y llanto la soledad servía de consuelo.
¡Llora!, regocija la incertidumbre en un mundo condenado
pues quizás un tal vez era la única esperanza que su corazón anhelaba
pero entre tertulia y llanto la soledad servía de consuelo.
¡Llora!, regocija la incertidumbre en un mundo condenado
por el pecado de amar.
¡Suspira!, tal vez tus cálidos pensamientos sirvan de júbilo
¡Suspira!, tal vez tus cálidos pensamientos sirvan de júbilo
y en medio del silencio susurra su nombre.
¡Perdona!, cuando la tristeza se torna apetecible
¡Perdona!, cuando la tristeza se torna apetecible
y
el orgullo insaciable.
¡Libera!, escasos motivos internos asociados en la oscuridad de tu alma.
¡Libera!, escasos motivos internos asociados en la oscuridad de tu alma.
Aquellas palabras sirvieron de consuelo mientras la
vida se marchitaba,
risas incompletas, llantos oportunos envueltos en una hipocresía barata...
¡Oh, doncella amada! bríndame el último vals como recompensa
y concede el descanso eterno en medio del Olimpo,
mientras Cerbero confisca almas desoladas por el pecado.
risas incompletas, llantos oportunos envueltos en una hipocresía barata...
¡Oh, doncella amada! bríndame el último vals como recompensa
y concede el descanso eterno en medio del Olimpo,
mientras Cerbero confisca almas desoladas por el pecado.
Sobre el autor:
Juan Leonardo Salazar Gonzales.
Tal
vez el mañana se encuentre escondido en nuestros sueños tan efímeros, si la
muerte conlleva responsabilidad entre su destino el silencio ameniza cálidos
recuerdos. Soy
natural de Amazonas – Perú, por muy precario que suene mi existir una sonrisa
esconderá miles de insatisfacciones pues a mis cortos 22 años el tiempo no fue
generoso cosechando derrotas por doquier y emulando una victoria insurrecta.
Salazar
Gonzales Leonardo, benditos pronombres personales que marcan el impertinente
desaire existencial. Muchos me tildan como un precoz escritor pero no hacen más
que catalogar a cualquier individuo por intermedio de características fugaces.
No tengo más que
contar porque las acciones conllevan un sinfín de especulaciones y nuestro
imaginario sonríe.
buena literatura juan leonardo
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