lunes, 5 de febrero de 2018

De doncellas y esclavos - Poema Felipe Tejada.

Una doncella sonríe,
su voz atrae multitudes,
sus caprichos se vuelven leyes,
su vida aunque simple, es perfecta.
Un hombre de corazón rencoroso piensa,
todos lo humillan,
sus palabras son censuradas,
su vida es un dolor sempiterno.
Un alma feliz llora,
experimenta una insignificante tristeza,
un problema mundano se hace imposible,
lo mundano se torna vital,
se mueve entre lo anodino y lo sustancial.
Un antiguo ser de luz ha ennegrecido su alma,
ahora ya nada tiene sentido,
todo lo bello ha muerto,
las bestias lo han corrompido,
solo queda horror, dolor y muerte.
Mientras ella surge,
ellos caen,
mientras alguien ríe,
otro grita de rabia,
mientras ella ríe,
otros gritan,
mientras haya felicidad,
habrá miseria.
Una doncella sonríe,
mil hombres la contemplan antes de morir,
una doncella es feliz,
mil hombres ilusos abren los ojos,
solo eran esclavos…

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