sábado, 20 de enero de 2018

Rayo Crepuscular - Juan Salazar

¿De qué sirve la fe?, se esclarecieron las palabras indefensas en medio de una
acalorada discusión entre padre e hija mientras el día pregonaba su ausencia, el
inoportuno comentario interceptó la racionalidad de un padre apegado a una
religión sin sentido, convencido que imponer el dogma de generación en generación
resultaría favorable ante una especie que escabulle sus pecados entre el gentío. Nos
consignan creencias que no satisfacen nuestras respuestas a cambio de ignorancia
perpetua y tomando de por medio la ingenuidad del pueblo.
Complicado concebir la fuerza con que la muerte repudia al momento de nacer, las
condolencias pertinentes son indeseables mientras un porqué incesante controla
nuestra angustia. Frágil es el destino ante el miedo de abandonar los placeres
terrenales, hoy las turbias mentes agonizan el recuerdo.
Lágrimas constantes rozan obscenidades injustificadas, ¿En qué momento los
humanos se tornaron frágiles ante la muerte? y porqué el pecado condena a los
mortales, alaridos por doquier atormentan juicios absurdos si la permanencia por
mantener sus deseos carnales en paz se envuelven en miradas, acumulando
experiencias efímeras mientras el cielo apertura noches de dolor...
Ilustres pasajeros que partieron al recinto de un descanso eterno, la esperanza
decae y nuestro silencio se transforma en cúmulos de odio, vértigos de falsedades
manipulan los tormentos
Los años pasan y la muerte florece, la piel se marchita y el tiempo no entiende de
paciencia, cabellos castaños de un cansancio inmediato.
No niego la existencia de Dios porque estaría pecando contra la moral del pueblo, y
tampoco apruebo la existencia de este porque iría en contra de mi ética…
Y culminó sin contemplaciones: La verdad por delante implica un amplio
conocimiento de una realidad cruda, gratos amaneceres se festejan inmutando
algarabías insolentes. Siluetas por doquier, fragmentan infortunadas alabanzas.
Entre una felicidad permanente existen virtudes inmorales.

Sobre el autor:


Tal vez el mañana se encuentre escondido en nuestros sueños tan efímeros, si la
muerte conlleva responsabilidad entre su destino el silencio ameniza cálidos
recuerdos.
Soy natural de Amazonas – Perú, por muy precario que suene mi existir una sonrisa
esconderá miles de insatisfacciones pues a mis cortos 22 años el tiempo no fue
generoso cosechando derrotas por doquier y emulando una victoria insurrecta.
Salazar Gonzales Leonardo, benditos pronombres personales que marcan el
impertinente desaire existencial. Muchos me tildan como un precoz escritor pero no
hacen más que catalogar a cualquier individuo por intermedio de características
fugaces.
No tengo más que contar porque las acciones conllevan un sinfín de especulaciones y nuestro imaginario sonríe.

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