Eran tiempos libres, la
juventud conlleva improperios amaneceres
lejos de toda
esperanza mientras las emociones impulsan alegrías
los años como es
costumbre se marchitan al compás de mis lágrimas
mis manos
temblorosas, contagian tristeza una sonrisa
nublada por las
arrugas de la experiencia
¡hoy! tras mis pasos
la muerte menciona mi nombre
el silencio
distorsiona cualquier algarabía
mientras el alma con
su manto gris contrae plegarias.
¿Quién sabe? el mundo
y su caja de pandora
encomienda largas
caminatas de sufrimiento, desdicha y emociones...
Siendo polvo de
estrellas, errantes convirtiendo el recuerdo en un fruto amargo
brillando en medio de
un rascacielos
atormentado por
pecadores infames pero...todo se marchita,
la felicidad agoniza,
el amor escarba las últimas esperanzas
mientras la soledad
perece una depresión insurrecta.
No importa, si el
entorno por el cual segmentas tu camino se torna gris
Nuestro sendero
regocija infelices debilidades,
En medio de un
fortificado despertar,
Mis plegarias
conllevan fatídicas decisiones
Sentimientos
marchitos reman a la deriva facilitando algarabías constantes
¡Hombres! Aborigen y
prospecto de una desgracia eterna
¡reina nuestra paz!
¡soledad! Tu presencia despierta senderos inusuales
En medio de la
inmensidad nuestros pecados refugian interminables virtudes.
Estrellas auguran
tormentos insaciables
el recuerdo
acrecienta la inmensidad de mis males
consciencia marchita
entre la inhóspita sonrisa de un infatigable amanecer,
No vivas para
inspirar pues la consciencia del ser humano es efímera
testarudo actuar
impide un frenético final aceptable,
débil amanecer
tambalea un éxito primordial e insostenible.
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